Historias Después de 26 años, se reencontraron los ganadores de la Vuelta de 1997 y revivieron lindos momentos

El Turco Julio, Darío Galván y Oscar Bravo recordaron con Fabian Aballay aquella carrera que colmó de alegría y orgullo a los pocitanos.

 

Corría el año 1997. En Pocito, bajo la intendencia de Joaquín Uñac, se decidió armar un equipo de ciclismo para la edición de la Vuelta a San Juan. Y se pusieron a la cabeza se ese gran sueño el por entonces Director de Deportes municipal, Fabian Aballay, y el ciclista Ricardo Julio. Lo que vino después, entre el 10 y el 19 de enero de ese año, es digno de estar en las mejores páginas de la historia del deporte del departamento.

El Turco, junto a los ciclistas Oscar Bravo, Darío Galván y Eduardo Mulet, se pusieron los colores azules de la Municipalidad de Pocito y salieron a enfrentar a poderosos equipos. Algunos eran de San Juan y otros de distintos puntos del país. En ese entonces, había grandes corredores que estaban en toda su plenitud como el Chato Bravo, Raúl Ruarte, Lisandro Cruel, Guillermo Brunetta, Angel Colla, Gustavo Artacho, Juan Aguirre y muchos más.

Los pocitanos, en realidad el único nacido en estas tierras es el Turco Julio, se entremezclaron entre todos ellos con más sueños que otra cosa. Y los primeros días, como suele ocurrir siempre, fue cambiando de manos el liderazgo de la clasificación general. Hasta que en el sexto día, el chimbero Mulet le quitó el maillot de líder al cordobés Fabián Tapia. Y desde ese día, junto a Julio, Galván y Bravo, fueron uno solo para cuidar esa camiseta que todos querían.

 

 

Sin el Gringo Mulet, que ya no vive en San Juan, se reencontraron Oscar Bravo, Darío Galván y Ricardo Julio con el ahora Ministro de Desarrollo Humano Fabian Aballay para revivir aquel maravilloso momento. Todos coincidieron que el día más duro fue la etapa del regreso desde Jachal hasta la ciudad: «Nos saltaban de todos lados… Pero no aflojamos nunca. El Gringo (por Mulet), fue vivo porque se le prendió a rueda al Chato (por Bravo)», dijo Bravo.
Y el día más emotivo, según dijeron, fue el último día, el de la crono en el autódromo: «Mulet fue un Toro esa tarde… Además, el apoyo de la gente fue muy valioso», contó el Turco.

Fabian Aballay recordó ese momento y lo expresó en sus redes sociales: «¡Como pocitano, siempre estaré orgulloso de ellos!».

 

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