El hecho sucedió en Pocito cuando un hombre acusó a trabajadores de robarle su perro y mantuvo una discusión cuando en un momento sacó una escopeta y efectuó un disparó en medio de la discusión. 
El hombre fue imputado y sometido a juicio abreviado, y el tribunal resolvió imponerle una pena de 6 meses de prisión de cumplimiento condicional debido al uso de arma de fuego.
El protagonista del hecho es un hombre de apellido Aguilera, residente en un predio dentro que se encuentra dentro de la bodega BRIX, en Pocito, y protagonizó un incidente violento que derivó en una condena judicial. Según el relato del expediente, el hombre, quien se encontraba en su hogar, tomó una escopeta de calibre 16, marca Centauro, y se dirigió a la medianera que separa su propiedad de la empresa de transporte PULMHO TRUCK donde se encontraban unos obreros trabajando.
El conflicto comenzó cuando Aguilera, aparentemente molesto por la pérdida de su perro, sospechaba que le había sido sustraído por los empleados de la mencionada empresa, según relató un trabajador de PULMHO TRUCK. En medio de una discusión, el imputado disparó el arma de fuego en un disparo intimidatorio, apuntando hacia el costado sin alcanzar a ninguna persona ni causar daños materiales.
Tras el desacuerdo, compañeros del hombre enojado lograron calmar la situación y Aguilera regresó a su vivienda. No obstante, un camionero de la empresa dio aviso a las autoridades, quienes llegaron al lugar minutos después para proceder a la detención de Aguilera.
La policía efectuó el levantamiento de la escopeta y los cartuchos bajo cadena de custodia, con los precintos de seguridad correspondientes. Tras comunicar los hechos a la Unidad de Abordaje Territorial, se designó a la fiscal auxiliar, Dra. Paula Carena, quien ordenó el inicio del Procedimiento Especial de Flagrancia.
En el marco de este procedimiento, Aguilera fue sometido a juicio abreviado, y el tribunal resolvió imponerle una pena de 6 meses de prisión de cumplimiento condicional. Además, se le aplicó una multa económica y se le impuso una serie de reglas de conducta, entre ellas la prohibición de contacto con los señores M.A., H.G. y H.Q. Finalmente, se dispuso la destrucción del arma una vez que la sentencia quede firme.
