Cuando escapaba, Fernández vio la presencia de un agente de la Policía y abandonó el botín. No contento con eso volvió hasta la finca pocitana y allí fue sorprendido por los dueños de la finca, quienes habían llegado hasta el lugar luego de ser advertidos por un vecino sobre lo que estaba ocurriendo.
Al ser detenido por personal policial, el delincuente comenzó a golpearse la cabeza provocándose múltiples cortes en el rostro, por lo que antes de ser trasladado a la dependencia policial debió recibir asistencia médica.