
A pesar de esto, los aumentos de tarifas que se aplicaron este mes provocarían un salto de alrededor de un punto en el índice general, que terminaría por debajo de 5,5 por ciento.
El fuerte bajón registrado en mayo a 4,2% contó con algunas ayudas. Sin la postergación de tarifas que se definió el mes pasado y la caída en prepagas (por el reajuste de precios), el índice hubiera sumado 2,5 puntos adicionales por lo que hubiera rondado el 6,7%. Así lo estimó la consultora Equilibra.
Una de las incógnitas que se abren en relación al proceso de desinflación es si durante el segundo semestre se logrará romper el piso de 4/5% mensual. Se trata de un dato trascendente por varias razones.
Es importante quebrar esa resistencia del 4% para que la inflación converja al ajuste del 2% del dólar oficial que mantiene el Gobierno desde principios de año. En la medida que se logre, se irán diluyendo las advertencias sobre atraso cambiario.
Una reducción adicional de la inflación también permitirá que se acelere la recuperación de los ingresos. Los últimos números oficiales muestran que por ahora la reactivación se hace rogar. Las compras en supermercados de abril, por ejemplo, mostraron una caída superior al 3% en relación a marzo. Y las importaciones caen a un ritmo superior al 30% interanual, lo que refleja una demanda que por ahora no reacciona.
