El implicado negó la acusación, pero su hijo adolescente relató que el hombre puso una película pornográfica y lo violó. En las últimas fue condenado.
El fiscal Eduardo Gallastegui le atribuyó el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por el vínculo y por tratarse de una víctima menor de 13 años. Por el contrario, el acusado y su defensor, el abogado Nicolás Gómez Camozzi, sostuvieron su inocencia y adjudicaron la denuncia a diversos motivos. El hombre dijo que su hijo lo acusó para encubrir el abuso sexual que cometió, que también lo hacía por resentimiento por la separación y porque lo discriminaban por ser morocho, explicó una fuente judicial.
El caso se destapó en noviembre de 2021 cuando el adolescente le confió a su madre que había sido abuso por su padre en 2015. Le contó que tenía entre 7 y 8 años, que aquella vez se quedó con su papá en la casa y éste puso una película pornográfica que para que la vieran juntos y que en esas circunstancias lo sometió sexualmente.
El chico le hizo saber a su mamá en ese momento que no quería que lo denunciaran, que su intención era vengarse él mismo cuando sea grande. Sin embargo, no soportó guardar esa historia que lo atormentaba y en septiembre de 2022 habló de nuevo con su mamá y lo denunciaron en la UFI CAVIG.
Las pericias psicológicas fueron contundentes y revelaron que el chico mostraba indicadores que sufrió abusos sexuales por parte del padre. Fue así que el tribunal dio por probado el ataque sexual y este miércoles condenaron al albañil pocitano a la pena de 8 años de prisión.